A túa cesta

A túa cesta está baleira.

Oliveira con raíces de plata

Oliveira con raíces de plata

"Oliveira dos cen anosCría raíces de prataTomar amores non custaOlvidalos si que mataOlvidalos si que mataEu non os quero esquecerNa ledicia son celesteCeltista no padecer"

La Oliveira es un icono para el Celta. Cuando el club cumplió 100 años, en el verano de 2023, salió a la luz el himno compuesto por C Tangana donde se transmite a la perfección la idiosincrasia del club y las raíces del mismo. El Celta nació por y para todos los aficionados que sienten sus colores, pero el lugar geográfico que ocupa le invita a presumir de orgullo vigués, a presumir de sus raíces, a presumir de ese imponente olivo que da nombre a su himno centenario. 

El olivo de Vigo es un árbol de la especie Olea europaea que se encuentra situado a día de hoy en el  Paseo de Alfonso XII, en el centro de la ciudad. Por eso, los vigueses, en muchas ocasiones, se refieren a su propia localidad como la "ciudad olívica" y, precisamente por eso, el Celta también es conocido como el "equipo olívico". Para ubicar el origen de estas nomenclaturas tenemos que remontarnos hasta la época de los Reyes Católicos. Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón ordenaron cortar la gran mayoría de los olivos aceiteros que se cultivaban en el sur del Reino de Galicia para trasladarlos a otras regiones del sur peninsular, pero en Vigo hubo alguna excepción con la Iglesia de por medio.

La costumbre de plantar en el atrio de las iglesias un árbol de hoja perenne como señal de vida eterna mantuvo un olivo plantado en el atrio de la Colegiata de Santa María de Vigo por orden de los Caballeros Templarios, ya que eran los miembros de esa Orden los que se encargaban de regir la feligresía en el siglo XII. El olivo desapareció cuando se construyó el templo actual en 1816, pero el administrador de la Aduana de Vigo de aquella época, Manuel Ángel Pereyra, cogió una rama del vetusto árbol y la plantó en la huerta de su vivienda, un terreno cercano a la actual Puerta del Sol.

Con el paso de los años, Vigo fue creciendo exponencialmente y el árbol empezó a convertirse en un sello de identidad de la urbe, de ahí que se trasplantara a la ubicación que ocupa a día de hoy en el Paseo de Alfonso XII para que todos los habitantes lo sintiesen como suyo. Actualmente, el olivo está protegido con una verja de hierro donde se puede leer una placa de bronce que demuestra la promesa que, ante él, hicieron los vigueses de “amor, lealtad y abnegación por la ciudad”.

La Oliveira seguirá creciendo amparando a los vigueses, igual que nuestro Celta, que bajo la sombra del imponente árbol ha rebasado ya sus 100 años de existencia, forjando unas raíces de plata que invitan a soñar con un eterno legado celtista. Raíces. Identidad. Orgullo.